Título: Un zoo en invierno
Guión, dibujo, tinta: Jiro Taniguchi
Editorial: Ponent Mon
Formato: Rústica, B/N, 232 págs.
Precio: 16€
Resumen: Kioto, 1966. El joven Hamaguchi trabaja en una fábrica de textiles. Cansado de no poder satisfacer su pasión por el dibujo, se despide y se marcha a Tokio. Allí, un estudio de manga le ofrece una oportunidad, al mismo tiempo que descubre la vida nocturna y los ambientes artísticos de la ciudad. Pero el trabajo de ayudante de mangaka es extenuante y Hamaguchi pronto se da cuenta de la dificultad de encontrar tiempo y energía para dedicarse a su propia obra.
Jiro Taniguchi es, por excelencia, el autor del silencio, de la armonía, de la calma, de la cotidianidad. Muchas de sus historias -como "El caminante" o "El olmo del cáucaso"- transmiten tranquilidad, placidez y paz interior; muchas otras, como "El almanaque de mi padre" o "La montaña mágica", nos recuerdan la dificultad de la vida, los problemas diarios y el paso del tiempo. "Un zoo en invierno" nos narra los sueños y las aspiraciones de un joven muchacho aspirante a mangaka -el mismo Taniguchi, precisamente- que empieza a trabajar en una empresa de comercialización al por mayor de prendas de vestir. Es un joven tímido, reservado, con poca experiencia, que le gusta ir al zoo a pasear y a dibujar toda clase de animales. Todo esto cambia cuando, a raíz de un pequeño altercado con la empresa, decide irse a vivir a Tokio. Gracias a un amigo, es contratado como ayudante de un famoso mangaka, el maestro Kondo, que le ayudará a dar sus primeros pasos en el mundo del manga.
En Tokio, Hamaguchi, que así es como se llama nuestro protagonista, comenzará su evolución personal y conocerá las diversiones nocturnas de la gran capital. Aprenderá a desarrollar mejor sus capacidades artísticas, empezará su primer cómic, creará vínculos de amistad con aquellos que le rodean y se enamorará por primera vez de una chica un tanto especial. A raíz de esa relación, la acción tomará, de manera imprevista, un giro melancólico, descorazonador y triste. El autor usará con decisión la esperanza de Hamaguchi para conmover nuestros corazones a pocas páginas del final. Son las cosas más cercanas y más reales, y los sentimientos más conocidos, los que usa Taniguchi para emocionar al lector. Son estas historias las que realmente hacen aflorar nuestra sensibilidad, por ser tan próximas. Lo mejor es que aquí, Taniguchi consigue transmitir todo aquello que se proponía, no sólo a través de una historia bien narrada, sino también gracias al dibujo; detallista, realista y muy bien cuidado.
Pero tampoco podemos olvidar el trasfondo de toda la historia. Detrás del relato de la vida de Hamaguchi se esconde todo un alegato al trabajo del mangaka. Cómo trabaja, qué tarea desempeñan sus ayudantes, cómo se seleccionan las obras que pasaran a ser publicadas o cómo evoluciona su tarea de aprendizaje. El autor justifica su trabajo, evaluando sus pros y sus contras. Una vez más, Jiro Taniguchi demuestra su capacidad para tejer historias; demuestra por qué se ha convertido en uno de los grandes mangakas de la actualidad; demuestra por qué es un referente del seinen actual.
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En Tokio, Hamaguchi, que así es como se llama nuestro protagonista, comenzará su evolución personal y conocerá las diversiones nocturnas de la gran capital. Aprenderá a desarrollar mejor sus capacidades artísticas, empezará su primer cómic, creará vínculos de amistad con aquellos que le rodean y se enamorará por primera vez de una chica un tanto especial. A raíz de esa relación, la acción tomará, de manera imprevista, un giro melancólico, descorazonador y triste. El autor usará con decisión la esperanza de Hamaguchi para conmover nuestros corazones a pocas páginas del final. Son las cosas más cercanas y más reales, y los sentimientos más conocidos, los que usa Taniguchi para emocionar al lector. Son estas historias las que realmente hacen aflorar nuestra sensibilidad, por ser tan próximas. Lo mejor es que aquí, Taniguchi consigue transmitir todo aquello que se proponía, no sólo a través de una historia bien narrada, sino también gracias al dibujo; detallista, realista y muy bien cuidado.
Pero tampoco podemos olvidar el trasfondo de toda la historia. Detrás del relato de la vida de Hamaguchi se esconde todo un alegato al trabajo del mangaka. Cómo trabaja, qué tarea desempeñan sus ayudantes, cómo se seleccionan las obras que pasaran a ser publicadas o cómo evoluciona su tarea de aprendizaje. El autor justifica su trabajo, evaluando sus pros y sus contras. Una vez más, Jiro Taniguchi demuestra su capacidad para tejer historias; demuestra por qué se ha convertido en uno de los grandes mangakas de la actualidad; demuestra por qué es un referente del seinen actual.
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